Shazam! Fury of the Gods (2023)

Me pierde la magia, y desde un aspecto negativo. ¿Qué límites tiene la magia? Aquellos que no terminen de perjudicar al héroe de turno. El concepto “magia”, al menos para mí, se vuelve abstracto cuando se lo utiliza de manera tal que, todo es posible, hasta que ya no le conviene a la trama. Con magia los enemigos pueden hacer de todo, hasta que la trama necesite lo contrario.
Necesitaba explicar esto que es una opinión muy personal basadas en gustos concretos, pero no es una verdad absoluta. ¿A vos te gusta la magia? ¡Perfecto! No nos tiene por qué gustar lo mismo ni tenemos por qué pensar de la misma manera. Solo quería contar esto porque justamente, los “malos” de ‘Shazam! Fury of the Gods’ tienen magia y, a veces la usan, a veces no, a veces logran ciertas cosas, a veces no. Es todo muy confuso realmente.
Pero en lo particular, no creo que esta película fallé por tener magia o no. Para mí, tiene el mismo error que tiene su primera parte: la comedia forzada. La primera parte no era una mala película, solo tenía un actor que no me terminaba de cerrar para ese papel (hablo de Zachary Levi) interpretando a un adolescente. Y está claro que no tiene nada de malo que interprete a un adolescente, el problema es que este personaje, además de adolescente, era idiota.
Dejemos de lado por un momento todos los problemas y el pasado tortuoso del personaje, que es lo que le da profundidad. Si hacemos foco en su comportamiento, que es lo que nutre de comicidad a la primera parte, vamos a ver un problema del que ya hablé en alguna otra reseña: comicidad que no hace reír. Gags que no cumplen con su cometido. Diálogos que terminan siendo más para un público infantil que otra cosa. Viendo esta secuela, me vuelvo a replantear la pregunta: ¿Son estas películas para niños?
Sinceramente no lo creo. La primera parte tenía unos demonios o monstruos bastante espantosos, y esta segunda parte tiene algo similar. Bueno, son seres mitológicos, pero aparecen como enemigos bestiales. Sin embargo, no creo que eso la haga para adultos tampoco. Entonces, llego a la conclusión que uno de los problemas de la saga Shazam!, es su identidad. No se termina de definir nunca. Es demasiado ambigua a la hora de decidir a qué público apunta.
Por eso mismo, esta segunda parte vuelve a tener los mismos puntos flojos que la primera, como también, los mismos puntos altos. Porque la película no es horrible, incluso me parece muy entretenida, mirando su dinámica, los excelentes efectos especiales que tiene (salvo alguna que otra cosita que no afecta realmente), y el contexto de la historia. Pero, como a la primera parte, si le quitamos al protagonista y a todos los intentos de comicidad que tiene, me podría haber convencido mucho más. Y no, no es que me estoy muriendo por dentro y ya nada me hace reír. De hecho, me río con mucha facilidad, aunque no parezca. Pero esto no es un humor que me haga reír, sinceramente. Esto está lejos de ser algún tipo de humor al que le encuentre sentido de ser.
La historia de ‘Shazam! Fury of the Gods’ está llena de clichés, de personajes vacíos, incluso tiene todo un halo de heroísmo, familia y amor, que, siendo sincero, hace quedar a la saga de Rápido y Furioso como El Padrino. No me gustó lo que hicieron con el personaje y con las películas de entrada. Shazam era otra cosa, al menos todo lo que leí en su momento. No soy de esos que se enojan si en una película no hacen lo mismo que en el libro/comic/videojuego en el que se basan, pero tengo ciertos límites, claro.
Este Shazam apenas puede derrotar a un dragón, ¿De verdad alguien esperaba enfrentar a este personaje con Black Adam? Es una pena, y lo digo con sinceridad. Justamente, entre Black Adam y esta secuela, terminaron de romper ese atisbo que había de soñar con toda una franquicia de héroes que realmente merece reconocimiento. A mi entender, y estoy completamiento abierto a debate, entre DC y Warner destruyeron un universo maravilloso.
En fin, ‘Shazam! Fury of the Gods’ no me gustó mucho, pero me entretuvo, y eso hay que decirlo. En su costado fantástico tiene algo formado, algo que se podría haber mejorado y expandido. Pero tal cual están las cosas ahora, está difícil la cosa. No solo porque James Gunn viene cancelando todo para imponer su propia visión, sino porque más allá de que a mí me entretuvo, la película tiene muchas fallas, agujeros de guion, cosas sin sentido, muchas preguntas sin responder. No es una película redonda si la analizamos. Es simplemente pasatista, y al parecer se conformó con eso, porque no hay nada nuevo entre la primera y la segunda parte, no hay apuestas, no se la juega, no intenta dar más. Y ahí es donde se termina de destruir a sí misma.