Hay cierta magia en el hecho de llegar a una película sin saber nada de ella, porque el factor sorpresa está latente todo el tiempo. Los trailers, cuando son buenos, te dejan ver lo justo y necesario para captar tu atención, pero no te dan mucha más información. Caemos presos de un resumen, casi sin estructura, de la historia completa que va a guiarnos a través de las escenas, ampliando la búsqueda del director. Es para pensar el hecho de que, generalmente, este tipo de películas no son las que se vuelven populares y se estrenan en los cines. Por el contrario, son cintas que viajan por festivales y no tienen demasiada repercusión. Me pasó con exponentes como The Block Island Sound (Kevin McManus y Matthew McManus, 2020), The Endless (Justin Benson y Aaron Moorhead, 2017), Censor (Prano Bailey-Bond, 2021), Ghostland (Pascal Laugier, 2018) y tantas otras. Con Lovely, Dark, and Deep me pasó lo mismo.

Estamos frente a la ópera prima de Teresa Sutherland, luego de dos cortometrajes. La directora supo ser guionista de otros exponentes reconocidos como Midnight Mass, de la mano del ya icónico Mike Flanagan. Mostrando que sabe lo que hace, en los primeros minutos deja caer tres aspectos clave para la película, como si intentara prepararnos el camino. Por un lado, vemos la marcada apatía y distancia de la protagonista, una personalidad que claramente necesita ser indagada desde la narrativa. Por otro lado, los climas que logra crear, manejando muy bien los tiempos, las cámaras y el sonido. En última instancia, otra de las cosas que se remarca de forma sutil, es la inmensidad de los bosques donde se sitúa la historia, un parque nacional que se convierte en la despensa de sus propias pesadillas.

Lovely, Dark, and Deep (2024) | Dirección: Teresa Sutherland

El uso a conciencia de las cámaras como elemento narrativo es realmente impresionante. Los encuadres, los planos, la elección de la posición de la cámara en cada escena es determinante para consolidar los climas necesarios y contagiar las diferentes sensaciones que busca transmitir la película. Horror, desolación, tranquilidad, seguridad, insignificancia, demencia. Cada plano cuenta algo más allá de lo que sucede en escena. Constantemente nos encontramos buscando algo más allá del punto de vista lógico o más allá del foco de lo que se está mostrando. Acompañado de los sonidos, muchas veces de la oscuridad y de la soledad, lo que logra transmitir la directora mediante la narrativa visual y sonora me recuerda, constantemente, por qué el cine de terror es una de mis grandes pasiones.

Si bien la narrativa, apelando a un excelente terror psicológico (casi cósmico, podría decir, pero no quiero caer en fanatismos), se vuelve atrapante por su contenido, los climas que genera esta película logran una inmersión impresionante. Te atrapa desde lo más profundo de tus vísceras, te mantiene pegado al asiento y con el corazón palpitando. Usar auriculares para disfrutar esta película redobla la apuesta. En general, la unificación del trabajo visual con el sonoro, aunados por una narrativa completamente intrigante, mucho suspenso e imágenes impactantes, hacen que no puedas despegar los ojos de la pantalla. Lo real se vuelve una pesadilla; lo tácito, se vuelve onírico. Y si bien entendemos cuál es la búsqueda de la historia, porque lo dejan en claro, todo el resto es un manojo de situaciones impredecibles que no sabemos de dónde vienen ni hacia dónde van.

Otra review de una película que es excelente, y pasó por debajo del radar: The Signal (2014)

Estamos frente a una mujer que es Ranger de un parque nacional, nueva en su puesto de trabajo luego de que la persona anterior, que cubría el mismo puesto, sea declarada como desaparecida. Entre explicaciones de los peligros de la inmensidad de los bosques, y un pasado lleno de dolor y culpa, la protagonista decide hacer su propia rutina de trabajo más allá de las órdenes que recibe. Entendemos que tiene un búsqueda personal para sanar ese pasado, y lo que podría ser en realidad un panorámico pero aburrido paseo entre árboles, lagos y arroyos, la directora decide convertirlo en algo mucho más potente, apelando a un terror fantástico lleno de ¿leyendas? y fuerzas inexplicables. Es irónico pensar que dentro de lo palpable de la propuesta, dentro del horror explícito que muestra, hay en realidad un sutil y continuo descenso hacia la oscuridad total por parte de Lennon, personaje que interpreta Georgina Campbell (Black Mirror, Barbarian, Bird Box: Barcelona), nuestra protagonista.

En cierto momento se presenta una dicotomía sobre el propio verosímil de la historia, un recurso bastante utilizado en este tipo de películas: ¿Qué es real y qué no lo es? Esta dualidad se representa como si fuese un abismo hacia la locura. Una persona que comienza a ver, sentir y ser testigo de situaciones que, como espectadores, no sabemos si son reales, si son producto de su propia mente, o si son algo más. A diferencia de otros momentos que (aparentemente) sí son reales, cuando la narrativa comienza a mostrar esta ambigüedad agrega algunas herramientas nuevas a nivel visual para separar las aguas, como una edición mucho más frenética, cambios repentinos de las escenas, e incluso hasta modifica levemente el uso de los sonidos. Como siempre digo, todo es cuestión de gustos. Pero sea lo que sea que pienses de Lovely, Dark, and Deep cuando termines de verla, hay algo que, creo, no se puede negar: definitivamente, hay que seguir de cerca la carrera de esta directora, porque el manejo de todos los recursos que tiene a mano es simplemente increíble.

Otra review de otra película que es excelente, y pasó por debajo del radar: Underwater (2020)

Quienes sean amantes de los videojuegos, podrán encontrar en la resolución del problema principal de la película, una estructura muy parecida a la que utilizan, sobre todo, los títulos que pertenecen al género “walking simulator”, con Layers of Fear como uno de los más claros ejemplos en cuanto a la amplitud de su registro. Para aquellos que no sean asiduos al mundo del gaming, lo que hace la película de Teresa Sutherland hacia el final es comenzar a entrar en un remolino de emociones y de información sustentada en imágenes que son parte de los recuerdos de la protagonista. Personajes de su pasado, locaciones de su pasado, momentos de su pasado… enrevesado desde la lógica pero coherente desde la propia locura en la que se ve envuelta. Es como un viaje onírico que conecta puntos claves de su mente a través de puertas como hilos argumentales, personas como un muestrario de los sentimientos expuestos y oscuridad como parte de lo que lleva dentro y desencadena toda la problemática. 

Esta resolución de la problemática central se deja entrever durante el metraje. No es predecible, pero podemos levantar ciertas sospechas. Eso hace, inevitablemente, que no haya una sorpresa impactante y, por ende, no podemos presenciar la fuerza que realmente debería tener. El final, por su parte, cierra con la historia que se venía contando. Sin embargo, se dejan un montón de aristas sin resolver, preguntas que quedan en el aire y no como un error en la narrativa, sino como parte del juego del misterio. ¿Qué? ¿Quiénes? ¿Por qué? ¿Dónde? Lovely, Dark, and Deep plantea un universo que sería muy interesante explorar, pero lamentablemente, la película pasó muy por debajo del radar. Se estrenó en algunos pocos festivales y de ahí pasó (o pasará, depende de dónde te encuentres) al mundo del streaming. Una pena, porque es una sólida película de horror cósmico (si me permiten el atrevimiento) que, como dije antes, me recuerda por qué el cine de terror es una de mis grandes pasiones.

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