Companion (2025)

Qué problemita este de los trailers que te muestran datos importantes que tienen que ver con los giros argumentales de las películas. En una época, el trailer funcionaba como principal atracción hacia la película en cuestión. Te generaba dudas, incertidumbres, un misterio tal que, para saciar nuestra ansiedad, debíamos ver la película. Hoy, todo apunta hacia lo seguro. Son esos segundos de cualquier reel en redes sociales que te muestra la definición del video para que, si te convence, veas el resto. Han roto la sorpresa, la forma de mostrar las premisas, la magia del cine en general. Hoy te cuentan el final para que sepas que lo que vas a ver te va a gustar y nadie se enoje. Por eso mismo, hay películas que es mejor ver sin saber absolutamente nada. Y Companion (Drew Hancock, 2025) es una de ellas. No digo que, incluso sabiendo de qué se trata, no sea una película disfrutable, pero si sos de esas personas que explotan de emoción frente a las vueltas de tuerca, haber visto el trailer de esta película es realmente un problema.
Claro está, que esto no es algo propio de la película como producto cinematográfico, sino más bien de la venta de la película. El novato Drew Hancock hace su debut cinematográfico, luego de haber dirigido algunas cosas para TV y algunos cortos, pero nada destacable. Y vaya sorpresa, porque Companion resulta ser una mezcla explosiva de géneros: tiene violencia explícita, humor negro, ciencia ficción, metáforas, un poco de crítica social y, por sobre todas las cosas, un ritmo que no te deja respirar. Al principio, puede parecer que estamos frente a esas típicas historias de un grupo de amigos en una cabaña alejada, donde eventualmente todo sale mal. Bueno, conceptualmente es así, pero lo que difiere por completo es la forma en la que la cinta avanza. Hay un dejo de originalidad grande, que aunque puedas tener ese sentimiento de “esto ya lo ví en otro lado”, el director se las arregla para que todo se sienta fresco, entretenido, como un baldazo de agua fría en este verano intenso.
Y a decir verdad, así como Mia Goth se puso al hombro X (Ti West, 2022), la bellísima actriz Sophie Thatcher carga en sus espaldas la premisa de esta cinta y regala una personificación estupenda, reforzando las buenas interpretaciones que habíamos visto en Heretic (Scott Beck, Bryan Woods, 2024) y durante su paso y estadía por la serie Yellowjackets, donde interpreta a la versión adolescente del personaje de Juliette Lewis. Así como lo de Thatcher me parece destacable, debo admitir que nunca fue de mi agrado el actor Jack Quaid. Siento que siempre hace el mismo papel, con esa cara de bonachón de expresiones aglutinadas y mucha sacarosa en su forma de interpretar a sus personajes. Nunca me ha convencido en ninguno de sus roles, ni en Scream (Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett, 2022), ni mucho menos en The Boys, la serie icónica basada en el cómic de Garth Ennis. Por eso mismo, mi rechazo hacia el actor ayudó muchísimo a la hora de experimentar todo lo que esta película tiene para ofrecer, sobre todo desde la crítica social.
Si viste la película, obviamente ya sabés de qué se trata. Si viste el trailer, también. En el caso de que no la hayas visto, no te preocupes, no voy a contar demasiado sobre el eje principal, sobre aquello que arrastra a la historia principal y al actuar de los personajes, pero es inevitable hacer un análisis sin dejar entrever algunas cosas. Si sentís que todavía no es el momento, te recomiendo dejar de leer y volver una vez que ya hayas visto cinta. Porque más allá de esa historia de ciencia ficción (que hasta se permite hacerle un pequeño homenaje a Terminator 2: Judgment Day), esta producción está llena de metáforas sobre el uso de la tecnología, sobre la obsesión, sobre el amor, sobre la manipulación y las relaciones tóxicas. Companion tiene siempre entre líneas al género de la comedia como herramienta para transitar algunas situaciones. No es una comedia per se, pero sí se hace valer de los gajes de la comedia para apaciguar un poco algunas diferentes situaciones.
La relación de Iris (Sophie Thatcher), nuestra protagonista, con su novio Josh (Jack Quaid) parece perfecta e idílica, pero rápidamente nos damos cuenta que no es tan así incluso antes del giro narrativo principal. Hay una cuestión muy marcada de manipulación, de una persona que está dispuesta a dar todo por amor y otra que aprovecha esa situación para obtener ciertos beneficios. En este camino, se muestra cómo la desidia hacia la otra persona, el maltrato psicológico e incluso el desprecio son parte del día a día. Queda plasmado ese mensaje tantas veces visto de que puertas adentro, no todas las parejas son lo que parecen. Como decía, la relación de Iris con Josh no es exactamente la típica historia de amor, sino más bien una pesadilla disfrazada de romance. Cuando llega el quiebre, la película se convierte en una montaña rusa de sangre, otros giros interesantes, y una reflexión perturbadora sobre el libre albedrío, el avance y utilización de la tecnología, y el control en las relaciones.
Por esto mismo es que el desarrollo de los personajes termina siendo clave para que la historia funcione, y al menos para mí, acá es donde la película brilla con especial intensidad gracias a Sophie Thatcher. Su transformación refleja a una persona presa de una relación tóxica que no sabe que se encuentra en una, pero que poco a poco logra abrir los ojos y recuperar su autonomía cuando descubre la verdad de su situación. Frente a un personaje de naturaleza más oscura y manipuladora como es el de Jack Quaid, la película entre humor negro y metáforas se encarga de tratar estos temas por arriba, sin profundizar demasiado ya que continuamente lo lleva hacia otro contexto por el condimento que aporta la ciencia ficción. De todas formas, la charla hacia el espectador existe.
Y es que más allá de su envoltura de ciencia ficción con gotitas de terror, Companion sirve como aguda metáfora sobre el machismo y el control en las relaciones. La revelación de Iris es impactante no solo por su valor narrativo (algo que estoy dejando de lado por el bien de aquellos que no la vieron y no saben nada), sino también porque expone una realidad incómoda al mostrar de manera poco sutil las dinámicas de poder en relaciones donde uno de los miembros busca moldear al otro a su conveniencia. Este personaje tan despreciable no busca una pareja, sino que quiere una figura obediente que refuerce su frágil ego. Aferrado a esto hay todo un discurso de lo que se merece y no se merece, de lo que nos da y nos quita la vida, y de la aburrida posición victimaria de aquellos que creen que la vida les debe cosas sin mover un dedo para obtenerlas.
Mientras miraba la película, hubo dos pensamientos que me acompañaron durante todo el metraje. Por un lado, la dicotomía entre los dos personajes principales me recordó continuamente al enfrentamiento más primario entre Batman y Superman, donde el Hombre de Acero termina teniendo muchos más rasgos humanos siendo de otro planeta que el mismísimo héroe de Ciudad Gótica. Por otro lado, Black Mirror. Quizás por el tono, quizás por la temática, Companion podría ser tranquilamente parte de la reconocida serie antológica. Y lo mejor de todo, es que deja en claro que a pesar de todas las lecturas, el cometido principal de la película es entretener, y lo hace sin caer en discursos moralistas ni en situaciones forzadas.
El tramo final tiene pequeños momentos que se sienten un poco anti climáticos. No digo que el tercer acto decaiga, pero al intentar resolver algunas cuestiones propias del guión, tropieza y muestra algunas escenas que se sienten un tanto innecesarias. Por suerte, no es algo que afecte a la cinta en general, porque así como aparecen esos detalles, hay otros que equilibran y levantan la vara. Como dije al principio, Companion se siente fresca y refuerza un poco al género, luego de la linda sorpresa que también resultó ser The Gorge (Scott Derrickson). Obviamente, lejos está de ser una película excelente o algo que cambie la dirección de la industria, pero es sincera consigo misma, con su propia búsqueda y, lo más importante, con sus intenciones. Atrapa, divierte, entretiene, todo lo que una película debería tener. Lo que sí marca es el comienzo de un año que, para los amantes del terror, se viene con todo con títulos como 28 Years Later, The Conjuring: Last Rites, Final Destination: Bloodlines, Black Phone 2, The Woman in the Yard, Sinners, Until Dawn o Return to Silent Hill, entre tantas otras.