Black Christmas (1974)

Hubo un paradigma en los 70s, no solo a nivel mundial y generacional, sino que también se vio reflejado en la industria del cine. En el género del terror, puntualmente, las cosas empezaban a mostrar más desenfreno. Se animaban a plasmar mayor cantidad de violencia, a ser más explícitas, a tratar ciertos temas con menor tapujo y, así, impactar a las audiencias. No olvidemos que en aquellos tiempos nacieron clásicos como The Texas Chain Saw Massacre (1974), Alien (1979), The Wicker Man (1973), Jaws (1975), The Omen (1976) o The Exorcist (1973), entre tantas otras. Y en esa lista interminable de películas que sabían caminar por sí mismas, aparece Black Christmas, una película que tiene su encanto, tiene su legión de defensores, pero que, hoy en día, también tiene sus detractores.
En el género del terror, puntualmente, las cosas empezaban a mostrar más desenfreno. Se animaban a plasmar mayor cantidad de violencia, a ser más explícitas, a tratar ciertos temas con menor tapujo y, así, impactar a las audiencias. No olvidemos que en aquellos tiempos nacieron clásicos como The Texas Chain Saw Massacre (1974), Alien (1979), The Wicker Man (1973), Jaws (1975), The Omen (1976) o The Exorcist (1973), entre tantas otras. Y en esa lista interminable de películas que sabían caminar por sí mismas, aparece Black Christmas, una película que tiene su encanto, tiene su legión de defensores, pero que, hoy en día, también tiene sus detractores.
Black Christmas aparece en una época de transición quizás, donde dentro del género del terror, los giallos le estaban dando paso a los slashers. De hecho, siempre pensé que otro clásico del género, When a Stranger Calls, tomó como referencia uno de los giros argumentales que tiene Black Christmas. Por eso mismo digo, que al menos para mí, la película tiene su relevancia dentro del cine de terror, sobre todo si hablamos del cine de los 70s. Pero la película dista de ser perfecta, de hecho, me animo a decir que es, precisamente, todo lo contrario. Tiene sus puntos altos y sus puntos bajos, y voy a intentar, como siempre, explicar mi punto de vista.
La película comienza con un plano subjetivo, que en el mundo del slasher era algo muy clásico. Podíamos ver mucho de lo que pasaba desde los ojos del asesino, una forma más que interesante para poder contagiar ese suspenso tan característico que tenían este tipo de escenas, ya que al contrario de lo que se podía esperar, la mayoría de estos asesinos tenían un actuar pausado, tranquilo, lento, detalle que sumaba mucha más tensión a la escena. Era una forma de generar los climas desde otro punto de vista, y la verdad es que resultaba muy efectivo, se transmitía muy bien ese sentimiento de acoso, de inseguridad. Al menos en esta película, el recurso está muy bien utilizado.
Y es que por aquel entonces había un miedo muy palpable en este tipo de películas, que representaba el no sentirse seguro ni en tu propio hogar. El hecho de que estar encerrado entre tus propias paredes no genere seguridad alguna, estaba trascendiendo a través del cine de terror, y esta película es un claro ejemplo de esto, cuando expone de forma implícita que la única forma de salvarse es salir fuera de la casona que alberga a todas las estudiantes que están siendo asesinadas una por una en la comodidad y resguardo de su propia morada. Este es otro de los puntos altos de Black Christmas.
Ya establecí en varias reseñas que no soy fanático de la comedia en el género del terror, salvo en casos muy particulares. Esta película tiene un aparente tono serio desde su comienzo, porque más allá de la edad de las protagonistas, no es una de las clásicas producciones de “terror adolescente” como las que empezaron a salir en los 80s. Y, aun así, esta cinta tiene algunos toques de comedia de esos que aparentar estar fuera de lugar y que, de alguna forma, cortan un poco con la intención de la película. Es como que llevan muchas situaciones al extremo, sobre todo en el comportar de varios de sus personajes, exagerados por momentos. Hay una línea delgada que separa la ironía de lo absurdo, y generalmente se siente borrosa en este caso.
En contraparte, hay una cuestión dando vueltas todo el tiempo en la película, que tiene que ver con la libertad sexual, pero sobre todo con el alcohol. Estos dos temas se tratan de una forma bastante irónica y poco seria, como decía en el párrafo anterior, una manera de abordar estos temas que resulta bastante superficial. Pero también se toca otro tema (controversial para la época) como el aborto, aunque éste se plantea desde un costado un tanto más maduro y con una mirada mucho más moderna sobre el asunto.
Considerando la época, no es extraño que la película intente tener una mirada feminista sobre un montón de asuntos que durante décadas se trataron de otra forma, pero que en aquel entonces comenzaba a cambiar. Había un claro movimiento que comenzaba a gestarse en el cine, pero al que pocas veces se le daba lugar como en Black Christmas, y creo que ese es uno de los detalles que la convierte en un clásico para muchas personas. Si bien no tiene realmente el espacio para desarrollar estos temas, cuando se tocan dejan bien en claro lo que quieren comunicar y lo hace de una forma muy bien planteada para que le llegue con peso al espectador.
A pesar de las cosas que hace bien, la narrativa de esta producción es un poco sólida. Cuando la película se aleja de la historia central, es decir, del asesino matando gente o acechando dentro de la casa, pierde un poco el eje. Deambula por la historia entre la protagonista y su novio, por cosas que pasan en la comisaria, y otras sub tramas que solo están de relleno.
El tema de las llamadas por teléfono, logra contagiar esa sensación de inseguridad, sobre todo con el giro final, pero en sí mismas, no tienen mucho sustento. Ayudan a darle forma al psicópata de turno y a intentar justificar su accionar, pero todo queda en la nada, es muy tirado de los pelos y, al final de cuentas, no logra cerrar ninguna idea. Es bastante rara la construcción argumental sobre cómo funcionan estas llamadas dentro de la película y el nivel de protagonismo que tienen.
El actuar del asesino también se lo podría poner sobre una mesa para prestar a un análisis concreto, porque nunca marca un camino a seguir. Sí, mata gente, pero no mata a todos, ni con todos actúa de la misma forma. Sin embargo, esto lo dejo en manos de su propia psicología ya que, como dije antes, es un psicópata y su accionar está ligado a su retorcida y perturbada mente. No mata solo por matar, sino por albergar dentro de sus recuerdos un hecho puntual de su niñez.
Sin embargo, todo esto no lo vemos, hay que imaginarlo muy por encima con la poca información que nos dan. En la secuela de 2006, protagonizada por Mary Elizabeth Winstead, se le de un cierre mucho más explícito al trasfondo del asesino y terminamos de entender sus motivos.
Black Christmas se estrenó en 1974 y estuvo dirigida por Bob Clark, quien más tarde dirigió la comedia Porky’s, que vendría a ser la American Pie de los años 80s. La protagonista es Olivia Hussey (It, Death on the Nile, The Last Days of Pompeii), pero también aparecen la icónica Margot Kidder, más conocida por años más tarde por ser la Lois Lane del Superman de Christopher Reeve; y John Saxon, conocido por su papeles en Tenebrae y como padre de la protagonista de A Nightmare on Elm Street.