Netflix y la máquina de hacer chorizos. No se puede negar lo que logró la gran N roja como plataforma de streaming. Se metió en la vida de la gente y pasó a controlar, por así decirlo, qué es lo que ven, cómo y cuándo. Es un engranaje que cercena los sentidos y crea la necesidad prioritaria de seguir consumiendo como si no hubiese un mañana. Ni la CIA con el proyecto MK Ultra se animó a tanto. Siempre tiene que existir algo nuevo para ver, algo que aleje a las personas de tener que pensar por sí mismas: “no me des opciones, no tengo tiempo, mostrame algo nuevo“. Apenas ingreso a la plataforma, tengo que tener algo nuevo que me llame la atención. Algo relacionado a lo que vi anteriormente, algún nuevo capítulo de la serie de moda. Netflix propone y los usuarios disponen, y no es culpa de la gente, ese es su formato de negocio. Les da la ilusión de estar eligiendo, cuando es la propia plataforma lo que te dice qué tenés que ver.

En esa estructura, que tiene un estudio de mercado inmenso, lleno de psicólogos y sociólogos trabajando codo a codo con expertos en marketing y ventas, Netflix cada tanto decide hacer sus producciones originales. El problema es que, pocas veces, da en el clavo. Que tenga la infraestructura para hacer películas, y que sus películas se promocionen hasta en la sopa, no asegura el éxito de las mismas. Lo frondoso no garantiza calidad. Hay cosas que están bien, hay mucha cosa irregular, del montón, y hay muchas propuestas que dejan mucho que desear. A veces es por la apuesta a directores noveles, a veces es porque simplemente, no se tomaron las decisiones correctas. 

Leave the World Behind (2023) | Director: Sam Esmail

Leave the World Behind (Dejar el mundo atrás, en nuestro idioma) viene flameando una bandera importante. No se trata de un intento, sino de un hecho. ¿Por qué? Julia Roberts, Ethan Hawke, Kevin Bacon. Tres pesos pesados con los que no podés fallar. ¿El director? Sam Esmail, conocido por llevar adelante la exitosa serie Mr. Robot. La apuesta era contundente. Actores conocidos, un director que ya tenía un éxito entre manos. Pero la película comienza y el tono es rarísimo. La música no condice con lo que se intenta transmitir. Los movimientos de cámara terminan teniendo más importancia que lo que se intenta mostrar. ¿Lo más raro de todo? Julia Roberts y Ethan Hawke se supone que son pareja, y a pesar de ser grandes actores, no logran nunca una química que te haga creer que entre ellos hay amor, cariño, o algún sentimiento parecido.

Cuando aparece el primer disparador de la película, el primer conflicto real, se abren algunas puertas narrativas. Pero al instante eso cambia, se introduce un segundo conflicto y ahí es donde el verosímil se rompe. Entiendo que EE.UU. no es Argentina, pero aún así, todo resulta raro. El conflicto en sí maneja una intensidad innecesaria. Julia Roberts adopta un papel de mujer insoportable y agresiva que no tiene nada que ver con su papel de madre protectora. Se desdibujan ambos personajes principales: uno por mucho, y el otro por poco. Si la química como pareja ya era nula, se convierten en dos amigos que comparten una relación tóxica y que comienzan a actuar de forma bastante anticlimática todo el tiempo. Sus actuaciones son muy buenas, te logran convencer. El problema es, directamente, el guión. Las ideas. Muchas veces, los diálogos.

Otra review que prometía mucho y se durmió en sus laureles: Rebel Moon – Part One: A Child of Fire (2023)

La tensión, el misterio y la incertidumbre están muy bien logrados. Se generan buenos climas que, a mi gusto y entender, se rompen un poco con esos juegos de cámara que el director propone. Y también, de a poco, comienzan a aparecer unos recursos narrativos bastante toscos, que solo benefician al guión desde el punto de vista del espectador, y no de los protagonistas. Son detalles o datos que aparecen cuando ellos no están presentes, y resultan ser producto de las coincidencias. Uno de los actores se va de cuadro, y justo en ese momento algo pasa que nos regala información solo a nosotros, para seguir armando el rompecabezas. Y está claro que el problema no es la información, sino que sea siempre producto de la casualidad forzada.

Y la película utiliza mucho este recurso. Es como si la cámara y lo que nosotros vemos fuese también lo único que ven los protagonistas. No tienen visión perimetral, si la cámara hace un zoom, solo ven eso que vemos nosotros en el encuadre. Es como entrar a un cumpleaños y sólo ver a quien festeja, pero luego cuando la cámara abre el encuadre, ahora sí, vemos también a todos los invitados. Esto es algo que realmente no tiene sentido como recurso, porque le quita cualquier tipo de realismo, impacta directamente con el verosímil. ¿Cómo vas a sesgar la visión de los personajes respecto a lo que capta el lente? Es algo directamente antinatural. Si lo haces en Top Secret! lo acepto, es parte del contexto. En este caso, termina siendo más de lo mismo: recursos absurdos para ayudar a la necesidad del guión y a una narrativa que, sin estos detalles, sería más que interesante por sí sola. No es lo que cuentan, sino cómo lo cuentan. 

Otra review donde no sabemos qué es lo que pasa, pero esta sí es buena: The Signal (2014)

Leave the World Behind tiene un mensaje absurdo. Es como esos gurús de la vida con cuerpos operados y perfectos que te dicen que lo que importa es lo de adentro. Es como el rico que te dice que el dinero no importa. Es como esa persona sin problemas de salud mental que le dice al que sufre ataques de ansiedad que se tome las cosas de forma más relajada. Este tipo de mea culpa absurda e hipócrita no solo no tiene ni pies ni cabeza, sino que se pierde en un manto inmenso de teorías. Cada una de estas teorías que se ofrecen durante la película podrían ser ciertas, pero nunca se resuelven, nunca se las encara realmente como parte de una solución a la problemática planteada desde un principio. Hay una historia, que sienta las bases de un hecho en particular, gasta sus tres actos intentando resolverlo, para terminar de repente sin ningún dato concreto. El final es frustrante, ambiguo y arbitrario. La película tiene una historia interesante, pero un director que toma todas las malas decisiones posibles y termina destruyendo el relato. Decenas de preguntas sin responder. La metáfora del final es inaceptable, es tratar de idiota al espectador. ¿Se supone que me tenía que reír? Quizás soy yo que ya estoy viejo.

¿Por qué construir una película alrededor de un tópico central para luego dejar todo tan abierto, sin una resolución aparente? Si uno se pone a pensar, el final, como dije, resulta tan ambiguo que plantear secuelas es una tarea simple. Tranquilamente, una película como la francesa La nuit a dévoré le monde, podría encajar como secuela. Terminamos de ver Leave the World Behind, le damos play a La nuit a dévoré le monde y listo, tenemos una continuación. The Road, con Viggo Mortensen, también. Moonfall, Cargo, The Happening, Maggie, Knock at the Cabin, The Book of Eli, Don’t Look Up, Seeking a Friend for the End of the World. Todas estas películas de corte postapocalíptico pueden calzar tranquilamente con el final de esta producción de la gran N roja, que en pocas palabras, no resuelve nada. Gracias Netflix por seguir dándome la razón.

The Gorge (2025)

Companion (2025)

Little Bites (2024)

Azrael (2024)