No sé si podemos decir que Eli Roth “tiene un estilo propio”. Dio sus primeros pasos con una cinta de terror que en su momento fue de nicho. Hablo de Cabin Fever. Asquerosa, gutural, sin medias tintas. Una película que bebía mucho del Sam Raimi del terror más visceral, y del Peter Jackson del terror repleto de gore. Con Hostel dio su primer golpe contundente en Hollywood, y si bien hablamos de una película de terror, algo que podríamos catalogar incluso como “torture porn”, la dinámica y la premisa de la película eran completamente diferentes. Se codeaba con lo mainstream de buen modo.

Después llegó su secuela, que mantenía la misma propuesta, seguida por The Green Inferno, una suerte de homenaje a Cannibal Holocaust; Knock Knock, un thriller de suspenso con Keanu Reeves y Ana de Armas que no da resultado; Death Wish, una película de acción y suspenso que es una remake del clásico de Charles Bronson, y The House with a Clock in Its Walls, una película de fantasía y comedia de tintes “para toda la familia”.

Thanksgiving (2023) | Director: Eli Roth

Como decía, no sé si Eli Roth tiene un estilo propio. Le gusta hacer películas, de eso no hay duda. Sabe filmar películas, de eso tampoco hay duda. Tiene una impronta de autor en el sentido de que suele hacer lo que tiene ganas, le gusta la idea de elegir bien qué película hacer y cuál no, por eso mismo con Thanksgiving se tomó su tiempo.

Entre Hostel y Hostel: Part II, entre Robert Rodriguez y Quentin Tarantino crearon algo llamado Grindhouse, dos películas hechas por cada uno de ellos que venían con un montón de trailers falsos (eran avances de películas que no existían ni se estaban por hacer, aunque con el tiempo algunas de ellas se terminaron llevando a cabo) hechos por distintos directores del género. Eli Roth es muy amigo de Tarantino, y para ese proyecto hizo un trailer de una supuesta película llamada Thanksgiving. Eso fue en 2007. Hoy, en 2023, el hombre regresa con aquel trailer convertido en película.

Otra review de un slasher clásico: The Town That Dreaded Sundown (1976)

Lo que vendría a ser la introducción a todo el conflicto ya denota varias críticas sociales. Por un lado, el consumismo, representado por la desesperación de la gente por días tales como el Black Friday, donde las tiendas se llenan de descuentos, ofertas y promociones. Por otro lado, la adolescencia y la vinculación casi neuronal con sus dispositivos móviles, el hecho de cómo un celular se convirtió en una extensión de la necesidad de las nuevas generaciones. Así como los slashers de antaño parafraseaban estas miradas con las drogas, el alcohol y el sexo, es común de los slashers modernos hacerlo con estas temáticas que se aggiornan a los tiempos que corren. Un buen ejemplo, y llevado al extremo, es la última (y penosa) entrega de Texas Chainsaw Massacre, digna de todo lo que Netflix propone.

Roth toma el verosímil de la cinta y juega con él durante todo el metraje. El realismo es puesto a prueba varias veces, llevándolo a ciertos extremos que no sé si son tan apetecibles como parece: hay algo que se siente inconexo. Es quizás en esa forma de estirar los límites cuando se siente que dicho verosímil se rompe, pero siempre está la duda de si esas acciones son consecuencia de una búsqueda, o son la propia búsqueda en sí. Es como si pretendiera tener esa impronta violenta de Friday the 13th, por ejemplo, pero termina siendo todo muy arbitrario por momentos, como si se tratase de la saga Final Destination.

Otra review de otro slasher clásico (un poco mejor): Black Christmas (1974)

¿Coquetea Eli Roth con el giallo? Me gusta pensar que existen algunas afluencias del género. Un asesino enmascarado que busca venganza y no sabemos quién es, aunque la propia narrativa nos va dirigiendo la vista hacia diferentes personajes que se comportan de forma errática respecto al resto. A veces lo evidente suele ser la respuesta para contrastar con lo no evidente, o puede que esta ecuación sea solo una trampa. Sea cual sea el asesino, nos va a regalar esa vuelta de tuerca final, pero lejos del giallo e incluso del propio slasher, los personajes en Thanksgiving poco nos importan. La historia y su narrativa se terminan sintiendo tan sosas, que no hay demasiada sorpresa. No hay tensión ni suspenso. Es una película resultadista, que lo único que tiene como fuerte es ese pequeño “gore” que vemos en cada muerte. Esta mirada es la que separa las aguas con una simple pregunta: ¿Qué es lo que estoy viendo?

El cierre está a la altura del resto de la película. Podemos decir que los tres actos son consistentes, pero eso no tiene nada que ver con la calidad de la propuesta. En lo personal, no compré del todo lo que Thanksgiving tenía para ofrecer. Los pequeños toques de comicidad, el terror a medias, la historia trillada. Entiendo que una película como Final Destination o Saw se centre solo en sus muertes, porque tiene todos los cañones apuntando a esos hechos. La película ya se concibe de esa manera. Thanksgiving es como un híbrido que no se termina de crear, es como que quiere entrar al género, pero sin una pisada contundente.

Otra review de un slasher moderno (que no me gustó demasiado): Sick (2023)

Thanksgiving podría estar dirigida por cualquier otro director. En cuanto a su concepto, forma y búsqueda, la sentí más parecida a la remake de Black Christmas de 2006, que a Laid to Rest, por ejemplo. O más parecida a la reciente Totally Killer que a Hatchet, por poner otro ejemplo. A veces eso de no tomarse en serio es un buen escudo para esconder las arbitrariedades. A mi gusto y parecer, se queda corta como slasher, se queda corta como cinta de terror. Personajes poco entrañables, un villano de turno con una motivación bastante debatible. Definitivamente Eli Roth no es el mismo, y no lo digo como algo negativo. A algunos les gustará más, a otros les gustará menos. Como siempre, todo es una cuestión de gusto.

A muchos les encantó. Yo, estoy de la otra vereda esta vez.

13 Exorcismos (2022)

30 Miles from Nowhere (2018)

Abigail (2024)

Anyone But You (2024)