Basta. Basta de utilizar el recurso de la hija adolescente rebelde y enojada con la vida en películas de terror. Es un recurso plano que lleva siempre al mismo lugar. Voy a ser sincero: amo el cine de terror, toda película que se precie de tal tiene mis brazos abiertos, pero con Imaginary no tenía las expectativas muy a flor de piel, más que nada porque a mi gusto y entender, Blumhouse se está convirtiendo, de alguna forma, en un The Asylum pero mainstream, con más millones para invertir y con la certeza de haber construido su propio camino con varios éxitos indiscutibles. Sin embargo, al día de hoy, saca película tras película y a grandes rasgos, no logra levantar la vara de la calidad. Lo de The Asylum es paródico, goza de tener ese lugar tan clase z. Lo de Blumhouse no da ni gracia.

Por eso mismo, si bien estaba esperando poder ver Imaginary, lo hice sin ese aura que me suelen contagiar algunas películas de terror. Por ejemplo, en este momento, ansío con alevosía poder ver Late Night With the Devil. Pero esto es otra cosa. Sin miramiento alguno y con las expectativas nulas, el comienzo de esta película ya despertó lo peor de mí. El lugar común me fastidia. Los personajes repetidos y obvios, que de entrada los ves como un recurso narrativo y sabés lo que van a generar en la historia, sabés para qué están ahí, y sabés cuál va a ser su giro emocional con el correr de los minutos. Creo que lo dije en la reseña de Madame Web: uno no pide guiones de la altura de El Padrino, Chinatown, Casablanca o Citizen Kane en una película de terror comercial, pero al menos que no haya tanta desidia y flojera a la hora de escribir.

Imaginary (2024) | Dirección: Jeff Wadlow

Ojalá fuese ese el único problema. Porque pasan los minutos y uno se da cuenta de que casi todo está mal con Imaginary. No solo tenemos el recurso de la adolescente rebelde e insoportable, sino también el de la madrastra que quiere hacer todo lo posible por conseguir el amor de las hijas de su pareja pero, de forma consciente, hace todo lo contrario. Obviamente eso genera un contraste trillado para que más adelante la unión de ellas frente a la adversidad despierte algo emocional y significativo en la audiencia. Pero es todo tan -de nuevo- trillado, cae todo en un lugar tan común, que es muy complicado generar inmersión o empatía con los personajes. Y las cosas que se salen de ese lugar, son absurdamente incoherentes. Solo funcionan porque el guión las necesita.

Y el problema con todo esto, como siempre digo, es la mirada que se tiene sobre el espectador. ¿Realmente piensan que somos idiotas o algo así? Esta hermosa pareja -cuasi protagonista- con las dos hijas -semi protagonistas- de él, se mudan a una vieja casona (donde vivía la protagonista de pequeña). Detalles. Saquemos a la luz a los queridos detalles: por algún motivo, desde cualquier lugar de la casa pueden escuchar a la más pequeña hablar con su amigo imaginario. ¿Acaso son de papel las paredes? Pero ojo: cuando la trama lo necesita, la protagonista habla a dos metros de la niña y nadie la escucha. La protagonista grita el nombre de alguien más recorriendo la casa y nadie la escucha. Crease o no, la reverberación del sonido en esta película funciona a gusto del guionista y director

Otra review de una casa a la que nunca deberían haber ido: House (1985)

Y por si lo están pensando, no, no soy quisquilloso. Estas cosas que podrían parecer detalles menores son justamente eso: detalles. Y en los detalles está la magia. No estoy hablando de un error de continuidad, un micrófono que se vio en escena sin querer. Estas cosas son adrede, están pensadas para que sean así. Sino, lo que se está construyendo no tendría sentido. Por solo poner un ejemplo reciente, Cobweb puede caer en algún que otro lugar común hacia el final, y tiene a una familia como eje de su propuesta, pero tiene un guión cuidado que en ningún momento subestima al espectador. Nada de lo que ocurre es arbitrario. Lo que sucede, sucede con una finalidad concreta para los ojos de los protagonistas. En Imaginary las cosas suceden para nuestros ojos de espectadores, y esa búsqueda muchas veces le quita credibilidad a una historia sin mucho sustento, porque vemos cosas que los protagonistas no ven, están pensadas sólo para nuestra reacción y, aun así, terminan teniendo consecuencias dentro de la narrativa y alrededor de los personajes.

Cuando pensábamos que la película no podía caer más bajo, introducen a otro personaje que explica todo lo que está pasando. Como si lo que venimos viendo fuese muy difícil de entender, este personaje arroja luz sobre las excusas que generan todo lo que viene ocurriendo en la película. Obviamente hay un libro al respecto; obviamente son “entes” que existen en todas las culturas y en cada una de ellas tienen un nombre diferente. Todo es repetido y evidente y soso hasta el hartazgo. Y tengo en claro que mi visión está sesgada por el consumo extremo de películas y libros de terror desde hace unos 30 años. Esto no me hace ni mejor ni peor persona, ni más ni menos culto o erudito. No va por ahí. Lo que sí genera es tener un bagaje inmenso de historias que traspasaron mis retinas y, desde ese lugar, siento que Imaginary es un extremo rejunte de lugares comunes, cosas trilladas y una narrativa completamente vana. Dicho esto, redoblo la apuesta: no necesitas tener todo ese bagaje para ver esta película y darte cuenta de todo lo que expongo

Otra review de una familia que tiene algunos problemitas por resolver: Society (1989)

Gran parte del tercer acto, si bien no es ajeno al resto de la película, debo admitir que tiene algunos detalles creativos bastante interesantes a nivel conceptual y visual, pero solo eso, ya que la narrativa sigue siendo la misma, la película te sigue tratando de idiota, e incluso al final, se animan a meter una suerte de situación cómica muy sutil, para luego continuar con los últimos segundos de metraje que, incluso siendo la despedida, son igual de predecibles que todo el resto y logra ser como una marca registrada en este tipo de películas de terror de manual donde todo tiene que terminar en contra de lo “esperado”. 

El director de esta mediocridad es Jeff Wadlow, que en 2005 aparece con un slasher bastante convincente llamado Cry Wolf; después se despacha con una película adolescente de peleas estilo MMA llamada Never Back Down (2008), y más tarde toma la posta con Kick-Ass 2 (2013). Hasta ahí, todo bien. Pero después llega con Truth or Dare (2018), una pavada con mayúsculas, y la adaptación Fantasy Island (2020), otra película bastante olvidable. Los otros culpables de Imaginary son sus guionistas: Greg Erb y Jason Oremland (The Princess and the Frog, Playmobil: The Movie, Monster High: The Movie). Entre estas tres personas escribieron un guión donde una ambulancia sale de su central antes de que la casa que van a socorrer se prenda fuego. ¿Me explico? ¿Eso es cuidar los detalles? ¿Para qué hacerlo, verdad? Lejos quedaron los tiempos de Paranormal Activity, Insidious, Sinister o The Visit. Porque si al menos tuvieras una historia decente, una guión interesante, algo de terror… pero no. Imaginary se conforma con la nada misma.

Otra review de una casa que tiene también algunos inquilinos bastante indeseables: Unwelcome (2023)

Y a pesar de todo, la pésima recepción de las últimas películas de Blumhouse parecieran no importar, porque como dije al principio, se está convirtiendo en The Asylum, pero sin dignidad. La productora genera películas con costos de producción -valga la redundancia- acotados, y por más que sean completamente olvidables (como Night Swim) y que el público las defenestre, lo que recauda alrededor del mundo supera con creces la inversión, más allá de que no sean cifras abismales. Pongamos las cosas en números: Night Swim costó 15 millones de dólares, recaudando en todo el mundo casi 55 millones. Imaginary tuvo un costo de 13 millones de dólares, y recaudó en total más de 33 millones. Recuperó la inversión y se guardaron en el bolsillo unos 20 millones de dólares. De esa forma, la rueda sigue girando, teniendo en cuenta que la productora lanza películas todos los meses.

Captain America: Brave New World (2025)

The Monkey (2025)

Smile (2022)

Trap (2024)